I was an alien, I was a little alien. I was a biologist among artists


(Perdón por la adaptación, Mr. Sting)

El pasado viernes 11 de junio de 2021 se inauguró la exposición Ciencia Fricción. Vida entre especies compañerasen el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Y permanecerá abierta al público hasta el día 28 de noviembre.

La exposición se basa en las teorías científicas de Lynn Margulis y de Donna Haraway, a partir de las cuales propone la apertura de nuevas vías en nuestra relación con el resto de los seres vivos con los que compartimos el planeta, y con el planeta mismo.


María Ptqk ha sido la comisaria de la exposición, y ha llevado a cabo un minucioso trabajo de selección de contenidos que ha dado como resultado la presencia de numerosos artistas cuyos trabajos entroncan, de una u otra manera, con el discurso general de la exposición desde  diversos ámbitos y orígenes conceptuales.

Entre los trabajos expuestos se encuentran tres producciones de Science into Images: un conjunto de columnas de Winogradsky, una porción de un tapete microbiano y un audiovisual del crecimiento bacteriano en time-lapse. Esta última producción forma parte de la obra de Jaime Serra Palou titulada “El moviment pels drets de la natura”.


Además de presentar esas obras, he tenido el privilegio de actuar como asesor científico de toda la exposición junto al Dr. Ricard Guerrero, catedrático emérito de microbiología de la Universidad de Barcelona.

La inauguración y la rueda de prensa previa me permitieron volver a conectar con Ernesto Casero, un artista valenciano que también forma parte del elenco de artistas de esta exposición y al que conocí a principios de febrero de 2020 con ocasión del acto de clausura de su exposición “Una historia no tan natural”, durante el que proyectamos la película de John FeldmanSymbiotic Earth. How Lynn Margulis rocked the boat and started a scientific revolution”. Por cierto, la película también se proyectará en el CCCB el día 16 de septiembre.

Otra de las participantes con las que tuve el placer de mantener algunos ratos de interesantísima conversación fue Petra Maitz, artista –además de científica– austriaca cuya obra titulada “Lady Musgrave Reef” se exponía en el espacio contiguo al de Science into Images. Con Petra coincidimos en que, así como la ciencia es un elemento de inspiración fundamental para el arte, también el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, abre nuevas vías al pensamiento científico. Y que es labor de todos, artistas y científicos, romper las barreras que separan ambas visiones e interpretaciones del mundo.

La conversación calmada y profunda con los artistas (yo no me considero como tal, aunque en esta ocasión han querido darme ese tratamiento) ha sido, no solo un auténtico placer personal, sino también un placer intelectual. Comprobar la enorme cantidad y diversidad de conexiones que se pueden establecer entre la visión puramente científica (que podría ser la mía) y la artística es sorprendente. Y profundizar en las posibles vías de interconexión, de establecimiento de sinergias, de creación de “simbiosis intelectuales” que eliminen de una vez por todas esa nefasta y artificial separación entre el conocimiento científico y el humanístico, es todo un reto.

Si bien ese día de la inauguración me permitió contactar o re-contactar con algunos artistas, los días anteriores –o mejor dicho, los meses anteriores– me han permitido conocer y trabajar conjuntamente con un equipo humano extraordinario formado por María Ptqk (comisaria de la exposición), Jordi Costa Vila (director del proyecto), Neus Moyano y Teresa Navas (coordinadoras), Álex Papalini (diseñador del montaje expositivo) y Susana García y Josep Querol (registro y conservación).

Todos ellos, excepto María Ptqk, forman parte del equipo propio del CCCB, un excelente equipo de trabajo que ha sido capaz de hacer que ese “little alien” al que hace referencia el título de este escrito, no se haya sentido tan “alien” en ese, aparentemente paralelo, universo artístico.


Quiero destacar especialmente el trabajo y la dedicación de Josep Querol, miembro del equipo del CCCB y al que en Science into Images  hemos otorgado cariñosamente el título honorífico de “microbiólogo resucitador”.  Su esfuerzo, cuidado y perseverancia en el mantenimiento del tapete microbiano en buenas condiciones ha sido –y sigue siendo– extraordinario, y no ha pasado desapercibida para ninguna de las personas que hemos participado en la producción. Esa especial relación ha quedado plasmada en unas palabras de María Ptqk: “La relación de Josep con las bacterias es una de las intrahistorias fuertes de esta expo, qué bonita historia de amor entre especies se tramó ahí”. 



Quizás sea esta “intrahistoria” un magnífico ejemplo de esa “vida entre especies compañeras” a la que hace referencia el subtítulo de la exposición.



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