Columna gigante de Winogradsky
Un poco
de contexto histórico.
El científico ruso Sergei Winogradsky (1856-1953) estaba
especialmente interesado en el estudio de la diversidad bacteriana del suelo y
del agua, especialmente las bacterias que utilizan compuestos de nitrógeno y de
azufre. Para ello ideó un sistema que todavía resulta extraordinariamente útil
y al que se ha bautizado con el nombre de “columna de Winogradsky”.
Gracias a las enormes posibilidades de estudio y
observación de las bacterias que ofrece la columna ideada por él, Winogradsky
fue capaz de proponer el concepto de “organismo quimiolitotrofo”, organismo capaz
de oxidar compuestos inorgánicos para la obtener la energía necesaria para
llevar a cabo sus funciones metabólicas.
Pero,
¿qué es una columna de Winogradsky?
Pues básicamente se podría definir como un sistema
de cultivo bacteriano en el que son los propios microorganismos los que se
organizan para terminar creando un interesantísimo ecosistema bacteriano (de
origen artificial) que va evolucionando a lo largo del tiempo.
Es precisamente esa evolución lo que permite
observar y estudiar los cambios que las comunidades bacterianas sufren a lo
largo del tempo en función de las variaciones que ellas mismas provocan en el
medio en el que viven y se desarrollan.
Y ¿cómo
se hace una columna de Winogradsky?
El fundamento básico es extraordinariamente
sencillo. Consiste simplemente en un cilindro transparente en cuyo interior se
introduce el sedimento (lodo) cuya comunidad bacteriana se desea estudiar. Es
aconsejable que el lodo lleve incorporada abundante materia orgánica que
servirá como puente de carbono, así como añadirle pequeñas cantidades de
algunos compuestos como carbonato de calcio (que actúa de tampón) y sulfato de calcio
(fuente de azufre).
Es conveniente compactar el sedimento de manera
que no queden burbujas de aire que podrían alterar el funcionamiento del
ecosistema recién “creado”.
El resto del cilindro se rellena con agua y,
finalmente, se cubre para evitar la evaporación y se coloca en un lugar
iluminado pero sin que la luz del sol incida directamente sobre la columna.
¿Qué
sucede una vez creada la columna?
Durante las primeras semanas aparentemente no
sucede nada, es decir, no se observa nada destacable a simple vista. El agua de
la parte superior se va quedando cada vez más clara al sedimentar las
partículas que llevaba en suspensión, y la parte inferior de la columna se
oscurece cada vez más, quizás por los procesos anaeróbicos que tienen lugar en esa
parte del sedimento a la que prácticamente no llega el oxígeno.
Pero hacia los tres meses más o menos, las cosas
empiezan a cambiar visiblemente.
En la parte superior se ven ya poblaciones de
cianobacterias, que se identifican por las tonalidades verdes de los tapices
que empiezan a recubrir tanto las paredes del cilindro como la superficie del
sedimento. A lo largo de la columna se empiezan a observar “manchas” de color
amarillo, blanco, verde, púrpura , rojo y negro que corresponden a las
diferentes poblaciones bacterianas que han ido evolucionando en las zonas en
las que las condiciones físico-químicas les resultan más favorables.
El resultado final es de una belleza extraña y
extraordinaria, que no es más que el resultado de la creación y el
establecimiento de un nuevo ecosistema en el que tanto la materia como la
energía fluyen entre los diferentes componentes bacterianos. Un ejemplo
magnífico de muchos de los ciclos biogeoquímicos que regulan el funcionamiento
de los ecosistemas de nuestro planeta.
¿Por qué
una columna gigante?
Una columna de Winogradsky puede tener
prácticamente cualquier tamaño (no conozco un tamaño mínimo ni uno máximo
definido). Se pueden crear columnas en pequeños tubos de ensayo o en grandes
cilindros, como es nuestro caso.
Nuestra “columna gigante” responde a la necesidad
de poder mostrar cómo es y cómo evoluciona este ecosistema en un espacio
público como es el CosmoCaixa de Barcelona, entidad que nos pidió su
realización para la magnífica exposición permanente titulada Universo, que se
inauguró a principios del verano de 2019.
Junto a la columna expuesta en la sala, se exhibe
también un vídeo creado a partir de las fotografías que fuimos tomando día a
día durante los tres meses que mantuvimos la columna en evolución (o
maduración) en nuestro estudio de Science into Images antes de colocarla en su
ubicación definitiva en la sala. De esa manera los visitantes de CosmoCaixa
pueden observar la evolución desde su inicio.
Podéis ver el proceso completo de creación de
nuestra columna gigante, desde la recogida del sedimento hasta el resultado
final en el vídeo que hemos editado para nuestro canal de YouTube.
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